En clase hemos visto que es necesario superar una barrera de energía para que se produzca una reacción química. A esta barrera de energía se le llama energía de activación. Por ejemplo, dos moléculas de hidrógeno reaccionan con una molécula de oxígeno para formar dos moléculas de agua. Sin embargo, a menos que se aporte un poco de energía, esta reacción no ocurre.
Una demostración de este hecho ocurrió con el dirigible Hindenburg, un enorme globo lleno de hidrógeno que era capaz de flotar en el aire y que entre el 3 y el 6 de mayo de 1937 realizó el viaje entre Frankfurt (Alemania) y Nueva Jersey (EEUU).
El problema surgió cuando llegó el momento de aterrizar, ya que se estaba empezando a desarrollar una tormenta. Como consecuencia de la electricidad estática de los relámpagos se prendió una chispa cerca del dirigible que fue suficiente para superar la barrera de energía de activación y desencadenar la reacción del hidrógeno y el oxígeno, liberando una enorme cantidad de energía que en apenas unos segundos destruyó todo el dirigible. En el accidente fallecieron 36 personas.
Consulta el vídeo a partir del minuto 2 para ver el momento del accidente
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