En
la anterior entada de este blog se expuso la importancia de las propiedades
coligativas y se introdujo el concepto de presión de vapor de un líquido. Como
se decía en este artículo, un líquido ebulle cuando su presión de vapor se
iguala a la presión atmosférica. Para el agua, esta temperatura de ebullición
es de 100 ºC si la presión atmosférica es de 1013 mbar (equivalente a 1 atm o
760 m de Hg) Sin embargo, todos estamos
acostumbrados a ver en los mapas del tiempo las isobaras que indican si estamos
en una situación de anticiclón (presiones por encima de 1013 mbar) o en
situación de borrasca (presiones por debajo de 1013 mbar). Por ello, en un
determinado lugar, podríamos decir que la temperatura de ebullición del agua dependerá
de si estamos en un día anticiclónico o borrascoso. Sin embargo, el valor de
presión atmosférica depende de otros factores como la humedad, el valor de la
constante de la gravedad en el punto de medida y, lo que es más importante, de
la altitud. La dependencia de presión atmosférica con la altitud es resultado
de un hecho que puede pasar desapercibido a simple vista: el aire pesa. Para
comprobar esta evidencia se muestra el siguiente vídeo divulgativo elaborado
por el Parque de las Ciencias de Granada y presentado por Vicente López
(emitido en el programa Con-ciencia de Canal Sur TV)
Hay
que tener presente que la presión no es otra cosa que la fuerza ejercida por
unidad de área. Del mismo modo que una persona ejerce presión sobre la suela de
sus zapatos como consecuencia de su peso, una columna de aire, que también
pesa, ejerce una fuerza sobre la superficie terrestre, dando lugar a la llamada
presión atmosférica. Sin embargo, a medida que ganamos altura, la columna de
aire que hay sobre nosotros es cada vez menor, por lo que pesará menos y la
presión ejercida será igualmente menor. Por ello los valores de presión
atmosferica de las estaciones meteorológicas deben corregirse siempre respecto
al nivel del mar. Imaginemos que en España tuviésemos la misma situación
atmosférica y que en una ciudad a nivel del mar como Santander, la presión
medida en una estación fuese de 1013 mbar. Si nos fuésemos a otra ciudad como
Madrid (con una cota de altura de 650 m aproximadamente) y no tuviésemos en
cuenta esta corrección, el valor de presión que mediríamos sería de 935 mbar,
considerando solamente la influencia debida a la altura. En esta situación, la
temperatura de ebullición del agua sería diferente en ambas ciudades. En
Santander sería de 100 ºC, pero en Madrid sería menor (alrededor de 98ºC), ya
que es preciso aumentar menos la temperatura para que la presión de vapor del
agua se igualase a la presión atmosférica.
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