Si
hay algo que caracteriza a toda la materia, sea del origen que sea y con las
propiedades más singulares que nos podamos imaginar, es precisamente el hecho de
que está formada por compuestos químicos.
Sin
embargo, un compuesto químico no es más que la combinación de elementos químicos. Así, el agua
que bebemos no es más que un compuesto al que formalmente representamos por la
fórmula H2O. Sin embargo, está formada realmente por una combinación de
Hidrógeno (H) y Oxígeno (O)
Tanto
el H como el O son dos de los 118 elementos descubiertos hasta el momento y que
se encuentran perfectamente caracterizados en el sistema periódico de los
elementos.
El
objetivo de este artículo es resumir el papel que España ha realizado en el descubrimiento de los
elementos químicos, lo cual es un ejercicio bien necesario, ya que estas aportaciones han
sido incomprensiblemente oscurecidas.
Nota: Este artículo fue elaborado incialmente por el autor del blog en el marco de los actos conmemorativos del Año Internacional de la Química 2011 que se celebraron en el Colegio Virgen de Atocha. Este material, junto con otros proyectos elaborados pueden consultarse en el siguiente enlace
Tabla periódica de los elementos con las banderas de los países descubridores | (Fuente: Kes47 CC BY 3.0 via Wikimedia Wikicommons https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Periodic_table_of_discovery.svg) |
España
se encuentra dentro del grupo de 13 países que han conseguido descubrir algún
elemento químico. Cierto es que no todas las aportaciones han sido equitativas,
pues tenemos desde países como Suecia o Alemania con 19 elementos cada uno,
hasta otros más “modestos” como Finlandia con sólo uno, pasando por las
perennes potencias científicas Francia e Inglaterra con 14.5 y 18.5
descubrimientos (las mitades significan codescubrimientos)
Desde
un punto de vista cuantitativo, la aportación realizada por España entra dentro
del grupo de los “modestos”, con 2.5 descubrimientos reconocidos
internacionalmente (aunque nuestro bien entendido orgullo siempre nos haga
decir a los químicos españoles que realmente fueron tres). Dichos elementos
son, por orden cronológico de descubrimiento, el Platino (Pt) en 1735, el
Wolframio (W) en 1783 y el Vanadio (V) en 1801, siendo este último el elemento
codescubierto con Suecia.
Contexto histórico
Contexto histórico
No
obstante, como veremos por sus aplicaciones, el Platino y el Wolframio han
demostrado ser dos aportaciones de enorme importancia. Además, en el caso del
Wolframio, su obtención casi se puede catalogar como hito por las
particularidades de su reactividad y del material de laboratorio con el que se
contaba en los tiempos de su descubrimiento.
Si
hay algo común al descubrimiento de estos tres elementos es que prácticamente
todos ellos se produjeron durante el S. XVIII. Desde un punto de vista
histórico, la España de aquellos tiempos venía de un cambio dinástico entre la
casa de los Austrias y la de los Borbones de Francia, tras la victoria del
Duque de Anjou (futuro Felipe V) en la Guerra de Sucesión española.
La situación a principios de siglo, marcada por unas instituciones anticuadas y poco
efectivas fue mejorando paulatinamente, especialmente bajo el reinado de
Fernando VI y Carlos III, representantes ambos de la corriente ilustrada dentro
de la Monarquía española.
Bajo
el auspicio de ambos monarcas, se fomentó la construcción de instituciones en
donde se formaron académicamente una
generación de marinos, científicos e ingenieros capaces de competir con el
resto de Europa. Entre estas construcciones podemos destacar los astilleros de
El Ferrol, Cádiz y Cartagena (como veremos, los marinos fueron en muchas
ocasiones los verdaderos “comunicadores” de la ciencia del momento), el Real
Observatorio Astronómico de Madrid, el Real Jardín Botánico, el Museo de El
Prado (inicialmente ideado como Museo de Ciencias Naturales) o la Reales
Sociedades de Amigos del País (auténticos centros de difusión de la cultura del
momento).
Real Observatorio de Madrid (fuente: Fanattiq CC BY 3.0 via Wikimedia Wikicommons) |
Puerta real del Real Jardín Botánico de Madrid (fuente: Luis García de Madrid CC BY-SA 2.0 via Wikimedia Wikicommons) |
Museo de El Prado (fuente: Brian Snelson CC BY 2.0 via Wikimedia Wikicommons) |
Los descubrimientos
Pasemos a comentar las condiciones y peripecias
sufridas en el descubrimiento de estos tres elementos:
El Platino
Este
elemento fue descubierto por Antonio de Ulloa y de la Torre Giral, nacido en
Sevilla el 12 de Enero de 1716. Tal descubrimiento ocurrió en el marco de otra
empresa científica todavía mayor, la expedición geodésica patrocinada por la
Academia de Ciencias de Francia para la medida del arco de un meridiano en las proximidades
de Quito (Ecuador), que fomaba parte de las posesiones de la corona española por aquel entonces, y así poder determinar
si la Tierra era perfectamente esférica o se encontraba achatada en los polos.
A esta expedición fue destinado Antonio de Ulloa junto con otro de los grandes
marinos, astrónomos y matemáticos
españoles del momento, Jorge Juan y Santacilia (introductor del cálculo
integral en España). Por diversos problemas organizativos, la expedición no
tuvo todo el éxito que se hubiera esperado, pero la estancia de Antonio de Ulloa
en América le permitió realizar otras investigaciones. Entre ellas, sus
observaciones sobre un mineral denominado “platina”, que encontró en las minas
de oro del río Pinto, en la Colombia actual. Este mineral, además del platino,
presentaba impurezas de iridio, paladio, osmio, rutenio y rodio. La
denominación de platino vino precisamente por el aspecto casi idéntico que
presentaba con la plata, metal con el que se confundió hasta este
descubrimiento. Sin embargo, la diferencia que pudo dar una idea de que se
trataban de elementos distintos es precisamente la densidad, que es mucho mayor
en el platino que en la plata (21,45 g/ml del primero frente a 10,49g/ml del
segundo).
Antonio de Ulloa |
Muestra de platino (fuente:periodictableru CC BY 3.0 via Wikimedia Wikicommons) |
Cuando Antonio de Ulloa quiso regresar a España en
1745, el navío en el que viajaba fue interceptado por los ingleses, que le
hicieron prisionero y le llevaron a Inglaterra, confiscándole todos sus
documentos elaborados en América. Sin embargo, al analizar estos documentos,
varios científicos ingleses vieron la valía de su autor y consiguieron liberarle
y hacerle miembro de la “Royal Society”. La vuelta de Ulloa a España consiguió
cumplirse en 1746, elaborando para 1748 informes detallados sobre el hallazgo
de este nuevo metal. A partir de este año se empezaron a estudiar sus
propiedades en países como Inglaterra y Suecia. Uno de los primeros usos que se
le dio a este metal, y que todavía sigue siendo una de las principales formas
de comercialización, fue su aplicación en joyería, aprovechando su extrema
belleza. Sin embargo, en los últimos años, este metal ha permitido crear
procesos e instrumentos cada vez más evolucionados. En el campo de la Química,
es muy valorada su actividad catalítica, presente en numerosas reacciones.
Entre estas funciones catalíticas podemos destacar la que desempeña con su
compañero de grupo, el paladio, para conseguir que el proceso de combustión en
los motores de los coches sea más efectivo y se evite la emisión de gases
originados por una combustión incompleta, como es el caso del monóxido de
carbono. A un nivel más académico, seguramente sea conocido por todos que
durante algún tiempo la aleación de platino iridiado sirvió para elaborar una
barra que definiese como unidad al metro, y un cilindro para definir el
Kilogramo (modelos que todavía se conservan en el Museo de Pesos y Medidas de
Sevres). También, seguramente que los alumnos que hayan estudiado algo en la
asignatura de Química sobre los potenciales normales de reducción, habrán visto
que se miden respecto a un electrodo de platino.
El Wolframio
El
Wolframio es un elemento que fue aislado por primera vez por los hermanos Juan
José y Fausto Delhuyar. Ambos nacieron en Logroño (La Rioja). Juan José el 15
de Junio de 1754 y Fausto, el 11 de Octubre de 1755. Este descubrimiento es el
único que tuvo lugar sobre territorio español, y es el resultado que debería
ejemplificar las consecuencias de las políticas “Ilustradas” que se habían
llevado a cabo hasta la fecha. Debido a que su padre era francés, ambos
hermanos realizaron sus estudios en París, donde su formación fue la de
auténticos “filósofos naturalistas”, ya que cursaron estudios de Medicina,
Cirugía, Química, Matemáticas, Física e Historia Natural. Gracias a esta
excelente formación científica fueron nombrados Directores Generales de
Minería: Juan José, en 1783, desempeñó su cargo en Nueva Granada (actual
Colombia), mientras que Fausto esperó hasta 1786 para trabajar en Nueva España
(actual México).
Los
intentos por obtener el Wolframio se remontan a 1781, cuando los químicos
Bergman y Scheele, a partir de un mineral llamado en su honor scheelita (CaWO3) describieron lo que pensaban que era un nuevo elemento: el tungsteno. Sin embargo, la muestra
aislada no era el elemento puro, sino uno de sus oxidos, concretamente el WO3.
Fue
en 1783 cuando ambos hermanos consiguieron el objetivo de aislar wolframio puro
a partir de un mineral llamado wolframita ((Fe,Mn)WO4). El logro fue publicado en los Extractos de las Juntas
Generales celebradas por la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País en
Septiembre de ese mismo año. Los hermanos Delhuyar presentaron su trabajo bajo
el nombre de:
“Analisis químico del volfram y
examen de un nuevo metal que entra en su composición”.
Archivo de la Real Sociedad Vascongada de amigos del país donde se recoge el descubrimiento del Wolframio |
Sello español comemorativo de los 200 años del descubrimiento del Wolframio |
Placas conmemoriativas del nacimiento de los hermanos Delhuyar y del descubrimiento del Wolframio en su casa natal. Ciudad de Logroño (La Rioja. España) |
Entre
las propiedades más destacables del Wolframio, tiene el honor de ser el metal
que en estado puro posee el mayor punto de fusión. Esta propiedad, junto con la
dureza de algunas de sus aleaciones, le ha permitido ser uno de los metales
cuyas aplicaciones han resultado ser más numerosas. Entre estas aplicaciones,
sin duda alguna la que mayor impacto ha tenido ha sido la fabricación de filamentos
para las bombillas incandescentes. Por otro lado, los carburos de Wolframio han
resultado ser uno de los compuestos más duros, por lo que se han empleado para
fabricar la parte metálica de materiales cortantes como las sierras, sometidos
a grandes esfuerzos mecánicos.
En el último punto de este artículo realizaremos un
comentario sobre el polémico uso del término tungsteno como alternativa al
wolframio.
El Vanadio
Fue el último elemento
en descubrirse, más concretamente, en 1801. Su descubridor fue Andrés Manuel
del Río, nacido el 10 de Noviembre de
1764 en Madrid. Como la mayoría de los químicos españoles de la época, su campo
de estudio y trabajo fue fundamentalmente la minería. Dentro de la Química, su
formación fue más extensa en Química Analítica, algo bastante lógico ya que
esta rama se encarga de estudiar técnicas e instrumentos que permitan dilucidar
la composición de una muestra (lo cual es indispensable en minería para saber
la riqueza de una mina en compuestos de especial interés).
En
1801, nuevamente fueron las minas de Nueva España (actual México) las que
aportaron el material a partir del cual, Andrés Manuel del Río creyó que había
aislado un nuevo metal. Entre estas fuentes se pueden destacar minerales como
la vanadinita (Pb5(VO4)3Cl). Debido a que partir del nuevo elemento consiguió preparar
una gran variedad de compuestos de muy vivos y diferentes colores, decidió
darle el nombre de pancromio. Sin
embargo, al calentar todos estos compuestos se formaba siempre un producto de
color rojo, por lo que cambió el nombre al elemento y le puso el de eritronio.
Andrés Manuel del Río |
Creyendo
ciegamente en su descubrimiento, entregó unas muestras del elemento aislado a
Alexander von Humboldt, quien se las hizo llegar a un químico analítico
francés, Mollet-Descotils. Para nuestra desgracia, el análisis realizado por
este último fue del todo erróneo, y dijo que en la muestra el único resto que
había encontrado era cromo, pero para nada un nuevo metal. Por ello, el hallazgo
quedó anulado
No
fue hasta 1830 cuando en Suecia, Nils Gabriel Fefstrom volvió a aislar este
elemento, pero, desconocedor de que en realidad ya había sido descubierto con
anterioridad, le dio el nombre de Vanadio (en honor a Vanadis, la diosa escandinava
de la belleza)
Friedrich
Wöhler, uno de los químicos más importantes de todos los tiempos por haber sido
el primero en sintetizar artificialmente urea en el laboratorio, fue la voz
autorizada que determinó la equivalencia existente entre el nuevo Vanadio y el
Eritronio descubierto 30 años antes.
Dentro
de las aplicaciones, el vanadio ha sido un metal utilizado en aleaciones como
el acero. Quizás una de las aplicaciones más importantes sea la utilización del
pentaóxido de vanadio como catalizador en el proceso de producción de ácido
sulfúrico (que es el compuesto químico que anualmente se produce en mayor
cantidad en masa)
Reflexiones finales
Como
hemos podido comprobar, los descubrimientos realizados por los españoles han
sido, cuanto menos, accidentados.
No
obstante, a la vista de la importancia que tienen estos elementos en la Química
actual, la aportación realizada por España demuestra ser muy superior en el
aspecto cualitativo antes que en el cuantitativo.
Sin
embargo, la tradición que tenemos en nuestro país de olvidar a las personas y
acontecimientos que nos han hecho crecer científica y culturalmente, han traído
como consecuencia que uno de nuestros patrimonios científicos más importantes
haya quedado diluido y maltratado por los avatares de la Historia.
El
caso del wolframio es quizás uno de los
más esclarecedores, pues, recientemente, la IUPAC (Unión Internacional de
Química Pura y Aplicada), garante de las normas de nomenclatura, ha dado a
entender que el nombre de tungsteno, por ser más utilizado en habla inglesa,
prevalece sobre el de wolframio, que queda reducido según ellos al habla
hispana y danesa (de donde viene el término wolframita). Es uno de los casos
más sangrantes, porque las mismas normas de la IUPAC en la nomenclatura de los
elementos establece que son los descubridores, sobre todo en el caso de
elementos descubiertos hace siglos, los que tienen el derecho a nombrar los
elementos que han descubierto ellos mismos. En el caso de los hermanos
Delhuyar, la prueba no puede ser más palpable como la resumida en el mismo trabajo
donde publicaron el hallazgo:
"Daremos á
este nuevo metal el nombre de volfram, tomándolo del de la materia, de la qual
lo hemos sacado , y miraremos ésta como una mina , en que este metal está
combinado con el hierro y la alabandina, como queda probado. Este nombre le
corresponde mejor que el de tungusto ó tungsteno, que pudieramos darle en
atencion á haber sido la tungstene ó piedra pesada la primera materia de que se
ha sacado su cal, por ser el volfram un mineral que se conocía mucho antes que
la piedra pesada, á lo menos mas generalmente entre los mineralogistas , y que
el término volfram está ya recibido en casi todos los idiomas de Europa, aun
en el mismo Sueco. Mudamos su terminacion m. en n. para acomodar mejor al
genio de nuestra lengua las denominaciones de las sales que se formen con esta
substancia, llamándolas sales volfránicas.""
Incluso
cuando Bergman, uno de los científicos que pensaba que había aislado el elemento dos años
antes, pidió a los hermanos Delhuyar cambiar el nombre de wolframio por el de
tungsteno, los propios hermanos se negaron en rotundo.
En
cierto modo, a la hora de que el Wolframio y el Eritronio sean nombrados
mayoritariamente con otro nombre es uno de los casos contradictorios más graves
y en el que los españoles salimos peor parados. Para el Wolframio, se utiliza
mayoritariamente el nombre dado por los primeros que creían que lo habían
aislado (de un modo demostradamente erróneo), pero esta misma regla no se
aplica cuando el nombre Eritronio, dado con 30 años de anterioridad, se muda
por el de Vanadio.
En el caso del
vanadio es demasiado tarde, pues su símbolo (V) obliga lógicamente a manejar
el término vanadio. Pero en el caso del Wolframio (W), resulta obvio que el
nombre de tungsteno resulta artificial. Por ello, sirva este artículo para que manejemos con conocimiento de causa y apropiadamente el nombre de los elementos descubiertos por españoles.Nota: Este artículo fue elaborado incialmente por el autor del blog en el marco de los actos conmemorativos del Año Internacional de la Química 2011 que se celebraron en el Colegio Virgen de Atocha. Este material, junto con otros proyectos elaborados pueden consultarse en el siguiente enlace
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